domingo, 15 de julio de 2012

EN TERRITORIO ENEMIGO





Hace unos años ni podía imaginarme decir que me estoy acostumbrando a ver a la selección española de fútbol ganar finales de las competiciones más importante como el mundial o la eurocopa, pero es así. Sin embargo esta pasada eurocopa ha sido diferente por vivirla fuera de España.

Ya he contado alguna vez que este es un país un poco prepotente en algunos aspectos, pero en el fútbol creo que es donde más. La gran mayoría de los alemanes con los que he podido hablar durante el campeonato estaban bastante seguros de que Alemania ganaría la eurocopa. Parte de la culpa de tanta euforia la tiene la prensa de local que desde el primer momento los trataban como favoritos (sin olvidar la amenaza de España). Y después de que España empatara en primer partido con Italia, la euforia y la confianza llegaron al máximo.

No hay que negarles que el ambiente de apoyo a la selección alemana es total. Banderas en muchos balcones, coches adornados con los colores alemanes (como se ve en las fotos), los bares todos llenos de banderitas alemanas tanto dentro como en las terrazas (sí aquí también hay terrazas). Y a pesar de toda esa euforia el ambiente de respeto a gente que sigue a otras selecciones es total. Se puede ir por la calle con la camiseta de otra selección sin problemas, incluso si es una selección que ha eliminado a Alemania. Nadie te va a decir nada por lucir los colores de España, Italia, Grecia, etc. De eso tenemos que aprender.

Cuando perdieron con Italia se llevaron un gran chasco. Nunca lo habrían imaginado. Estaban seguros de que pasarían, que se enfrentarían a España en la final y le ganarían. Pero eso no pasó. Se quedaron en semifinales. Fue un baño de humildad del que sé que no han aprendido nada, ya que incluso después de la final me encontré a alemanes que decían que si hubieran llegado a la final habrían ganado a España. Eso es ser poco realista. También me encontré con quien reconoció que España fue mejor (suerte que hay gente con Jens).

Lo cierto es que España ganó. Lo hizo con claridad. Y nos guste más o menos el equipo o el juego que hicieron este año, son (somos) los justos vencedores. Para mi fue una victoria que sabe mucho mejor estando fuera de casa. Lástima que por ser todavía tan pequeño no pude disfrutarla con el pequeñín, pero espero que haya alguna más que podamos celebrar juntos.